Amar al padre

Lectura: 1 Juan 2:15-18.
15 - No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo, el amor del padre no está en él
16 - por qué nada de lo que hay en el mundo -los malos deseos de la carne, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida-, proviene del padre, sino del mundo
17 - El mundo se acaba con sus malos deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre
18 - Hijitos, ya es el último tiempo, y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos, por esto conocemos que es el último tiempo.
Verdad central: El amor por el mundo impide el amor al padre.
Introducción:
¿Cómo puede un cristiano corresponder correctamente el amor de Dios? Está es una pregunta que muchos creyentes se hacen hoy en día especialmente cuando se vive en tensión y conflicto con este mundo caído. En las escrituras encontramos que el amor a Dios va más allá de dirigirse a Él con palabras amorosas, el verdadero amor implica despojarse y aborrecer los valores que existen en el mundo y corresponder así al amor de Dios. Es solo nuestra obediencia a su palabra la que puede calificar genuinamente nuestro amor por Él, y al amarlo podremos permanecer siempre haciendo su voluntad.
Cuerpo
1-Lo que implica el amor al padre.
El amor por el mundo impide el amor por el padre. Vemos aquí un paralelo entre las cartas de Juan y la de Santiago <<¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Si alguien quiere ser amigo del mundo se vuelve enemigo de Dios>> (Santiago 4:4). Juan formula una advertencia seria de no amar al mundo. Él dice <>. El amor que el tiene en mente es un amor que vincula, que causa una comunión íntima y una devoción leal. Juan dirige su advertencia a aquellos que sienten una inclinación a cambiar su lealtad y otorgar una devoción total a los asuntos del mundo. Les dice que dejen de amar al mundo, que desistan de seguir con sus intereses mundanos. No está hablando acerca de un pecado o situación en particular, sino de un estilo de vida. El amor por el mundo y el amor por el Padre no pueden existir uno al lado del otro. El cristiano amará a uno y odiará al otro, pero no puede amar a ambos al mismo tiempo (Mateo. 6:24; Lucas.16:13). El mundo de pecado y su sistema de valores es diametralmente opuesto al Padre.
2- Las cosas del mundo no proceden del Padre.
La enemistad entre Dios y el mundo es irreconciliable Ahora bien, cuando hablamos del mundo en este contexto debemos tener el cuidado de definir con exactitud de que estamos hablando, porque hay un sentido en que el cristiano debe amar al mundo. El creyente está llamado a amar la creación de Dios y a las personas que habitan este mundo, sin importar que sean creyentes o no. Cristo vino por amor al mundo (Juan. 3:16)
Dios amó al mundo y los cristianos deben armarlo también en ese mismo sentido. Pero cuando la biblia nos advierte contra el amor al mundo, se refiere a un sistema o modo de vida que se opone al carácter santo de Dios y a los planes de Dios. Los valores y deseos del mundo no proceden de Dios, pues son contrarios a su voluntad.
3- Hacer la voluntad del Padre.
Los seres humanos necesitan notar lo pasajero que es la existencia de las personas que abrazan el mundo, sus placeres y deseos. Si los hombres enfocan su interés en aquello que hoy está aquí y mañana no, recogerán una cosecha de inestabilidad, tropiezo en las tinieblas del pecado y, por haber echado su suerte con el mundo, encuentra un fin similar. Ya lo declaraba el apóstol Pablo <> (1 Corintios. 7:31). Sin embargo, el hijo de Dios está seguro por qué posee vida eterna. ¡Que contraste! La persona que ama al mundo pronto pasa, pero <>. Juan hace resonar aquí un eco de las palabras de Jesús: <> (Mateo 7:21). Cuando la voluntad del hombre está en armonía con la voluntad de Dios, el cristiano tiene una comunión con el Padre y el Hijo que dura para siempre.
Aplicación
En su oración sumo sacerdotal. Jesús le pide al Padre. No que quite a los creyentes del mundo, sino que los proteja. El ora: <> (Juan. 17:18) ¿Contradice Juan estás palabras de Jesús? ¿Aboga él por una separación total del mundo en que vivía? No, de ninguna manera. Cuando Juan escribió su epístola, hacia finales del siglo primero, la sociedad pagana estaba totalmente corrompida
Estaba caracterizada por la inmoralidad, la codicia, el cohecho y el desprecio por la vida y la dignidad humana. Dentro de esa sociedad, la iglesia busco ser una influencia modeladora, ejemplificando las virtudes y los valores de Dios, esto como respuesta real de amor hacia el Padre.
Pastor: Mario Vega
Misión Cristiana Elim El Salvador
Sábado 28/6/25
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